MÁS QUE UNAS MEMORIAS

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Repasando mi vida de lectora, caigo en la cuenta de que nunca me interesaron los libros de memorias. De hecho, el que hoy traigo a Opticks me lo prestó un amigo, al que se lo regaló el mismo autor incluyendo una amable dedicatoria.
El libro se titula Más que unas memorias y el escritor de la amable dedicatoria es nada menos que Ramón Tamames.
Digo nada menos porque Ramón Tamames desempeñó un importante papel en gran parte de los acontecimientos que han dado forma a la España actual: antifranquismo, Transición democrática, Constitución de 1978.
Aunque conozco una parte de ese importante papel desde mis tiempos de estudiante, sólo había leído de él Introducción a la economía española, un compendio de su extraordinaria obra sobre economía que fue Estructura económica de España, a cuya elaboración se refiere con detalle en estas memorias.
Ahora sé que también ha escrito novelas y hasta se ha atrevido con la  pintura en una larga, fecunda y apasionante vida que aquí explica con la amenidad y buen hacer de un experto creador.
Son muchas las cuestiones que interesan en este extenso libro, 807 páginas; entre ellas, el repaso que hace de la historia de España a partir de sus primeros recuerdos cuando tenía 3 años en 1936, hasta 2013, fecha en que lo publica.
Pese a vivir en Madrid las estrecheces de la posguerra, con su padre, médico, encarcelado al haber sido comandante de Sanidad en el ejército republicano, y una vez éste libre, huérfano de madre a los siete años, la visión que Tamames ofrece de la infancia junto a sus cuatro hermanos resulta positiva.
Está claro que fue un niño feliz. Tuvo la enorme suerte de contar con un padre que se preocupó siempre del bienestar y la educación de sus hijos. Asistió al Liceo Francés, aprendió idiomas, dispuso de la excelente biblioteca paterna y aprovechó las posibilidades de formación que se le ofrecían gracias a su inteligencia, curiosidad y deseos de aprender. Así cursó dos carreras universitarias (Derecho y Económicas) y acumuló un impresionante bagaje cultural en multitud de campos.
Comprometido muy joven con la sociedad de su tiempo, en 1956 ingresa en el Partido Comunista. Partido que ayuda a legalizar y que abandona decepcionado por su estancamiento en 1981. Hasta entonces, es un antifranquista activo y participa junto a otras eminentes personalidades en los Pactos de la Moncloa y en la elaboración de la Constitución de 1978.
El relato de cómo se gestó la Transición, tan denostada por algunos en estos días, me ha recordado las clases que dediqué a explicarla entusiásticamente a mis alumnos, cuando, además de la aceptación popular que obtuvo en nuestro país, eran numerosas las naciones sudamericanas y de otras latitudes que querían conocer los pasos que se habían dado para pasar sin traumas de una dictadura a una democracia. Ramón Tamames se encargó en varias ocasiones de viajar a esas naciones e informar al respecto ya que, en palabras de Adolfo Suárez, a la Carta Magna vigente, la única verdaderamente consensuada en nuestra historia de doce constituciones o similares, se debe la estabilidad política de cuarenta años, que ha permitido generar un considerable progreso.
Junto a la enumeración y, en su caso, el análisis de cuestiones serias, hay en el libro multitud de anécdotas que otorgan ligereza al relato. Por ejemplo, las relacionadas con el torero Luis Miguel Dominguín, amigo del padre y del tío de Tamames, cirujanos ambos en plazas de toros.
Del mismo modo resultan curiosos e instructivos los viajes que Ramón Tamames, solo o en compañía de su esposa Carmen, realiza. Una esposa a la que declara su amor en bastantes páginas del libro.
El amor que confiesa sentir por su esposa es un buen acicate, en los tiempos convulsos que vivimos llenos de enfrentamientos, rupturas, insultos y descalificaciones, para terminar la reseña de Más que unas memorias, destacando la faceta afectiva de Ramón Tamames, amigo de sus amigos, admirador de todo lo que merece ser admirado, ya se trate de libros, músicas, pinturas, paisajes o personas; hijo agradecido, marido amante, padre pesaroso por las muchas ausencias y abuelo satisfecho y encantado de poder ejercer como tal.  

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