Athos Zontini

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Por Mª José Alés

 

 

Entre las novedades que la Editorial Destino ha publicado en este mes de febrero está Orfancia, primera novela del escritor napolitano Athos Zontini, a la que desde Opticks le auguramos un éxito rotundo.

Orfancia es una obra sorprendente que hace reflexionar al lector por la diversidad de situaciones que recoge y la profundidad del contenido.

Escrita en primera persona con un estilo ágil, claro y directo, en Orfancia podemos visualizar con facilidad lo que nos cuenta su protagonista, un niño de ocho años, desde la primavera al invierno, ya que el contenido del libro se agrupa según las estaciones.

Dada la complejidad de la obra, es un placer, que Athos Zontini haya accedido a responder para nuestra revista las preguntas que formulamos a continuación.

 

 

El título Orfancia parece jugar con los términos infancia y orfandad. ¿Cuál es el significado de ese juego léxico?

Huérfano de su propia infancia. El protagonista es un niño al que se le ve negada y robada su propia infancia, porque intuye cuánto a esa edad se puede ser influenciado o manipulado por los demás.

También por una cuestión sonora: Infancia es una palabra que inspira belleza, algo suave y celestial. Deformada en Orfancia se convierte en belleza molesta, como un inserto rumorístico o una mirada repentina a un paisaje distinto.

 

 

Tanto la frase de Bob Dylan al comienzo del libro como las primeras manifestaciones del protagonista dan una visión negativa del amor maternal. ¿Hasta qué punto es ese amor dañino?

El amor materno no es dañino en sí. Pero cualquier forma de amor, llevada al exceso, cuando el egoísmo se confunde demasiado con querer, puede hacer mal. La frase de Dylan, que uso en la novela con ironía, más allá de la pertinencia literal nos lleva hacia una visión política, social –no muy diferente a aquella de la familia- donde el crecimiento y la intregración se convierten en prevaricación u homologación.

 

¿Podría definirse el trastorno del niño de su historia como un caso de anorexia nerviosa o es una definición demasiado simplista?

No quería tratar específicamente el tema de la anorexia. El rechazo de la comida, para mi protagonista, es sólo un medio para rebelarse. Para un niño que cree que los adultos comen a sus propios hijos cuando estos han crecido lo suficiente, no comer es la única forma que tiene de sabotaje.

 

 

En un momento del relato el protagonista nos dice que no quiere crecer, afirmación que evoca a Peter Pan. ¿Existe alguna clase de relación entre ambos personajes?

Seguramente. Aunque Peter Pan es un soñador, quiere seguir siendo un niño porque sabe que la vida nunca será tan bella como a esa edad. El niño de Orfancia no quiere crecer por miedo, está convencido de que en la edad adulta le espera el final. Es el grado de exasperación y desesperación, a ser diferente.

 

Pero no sólo Peter Pan, hay páginas de Orfancia, las más crueles, que hacen pensar en El señor de las moscas de William Golding y en El marino que perdió la gracia del mar de Yukio Mishima. ¿Pensaba también Ud. en ellos al escribir su libro?

Son dos autores que amo, y los libros que has amado de alguna manera están siempre presentes mientras escribes, aunque no seas consciente. Por realizar una mención a dos libros, tal vez las referencias más cercanas a Orfancia son la trilogía «Claus y Lucas» de Kristof y “Mr. Vértigo” de Auster.

 

 

El niño de su historia madura o supera su trastorno alimenticio, podríamos decir que dando golpes, actuando de una manera cruel. ¿La madurez exige actuar de ese modo?

Es una de las formas. Una muy común, antigua. En el niño, el descubrimiento de la violencia corresponde a la primera vez en la que nota la necesidad de comer. Después de haberle hecho daño a alguien siente tener hambre. A partir de ahí comienza una lucha similar a la que se combate para salir de una adicción, tratando de ganar día a día una batalla imposible. El mecanismo se puso en movimiento y es tan grande, así es la vida, que ahora ya no se puede parar.

Accede a la entrevista completa en ‘Instinto’, el nº22 de Opticks Magazine

 

Publicación : 19 de febrero de 2017

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