CUENTOS PARA QUERERTE MEJOR

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El libro que hoy traigo a Opticks se titula Cuentos para quererte mejor. Escrito por Álex Rovira y Francesc Miralles, ilustrado por Raquel Díaz Reguera y publicado por Destino, puede considerarse de autoayuda, ya que pretende “Integrar la autoestima en la propia vida, como un faro que permitirá a jóvenes y a niños ser personas seguras, independientes y respetuosas –con ellas mismas y con los demás- que saben amar porque han aprendido a amarse”.

Cuentos para quererte mejor contiene 35 historias que “enseñan a cultivar el poder de la autoestima desde la infancia, despertando la imaginación, el humor, la resiliencia, el amor y la aceptación de lo que cada uno es”.

Las 35 historias están bellamente ilustradas por la ilustradora sevillana Raquel Díaz Reguera con sugerentes y coloridos dibujos, que responden eficazmente al contenido de las mismas, por lo que serán de gran ayuda para los padres, cuando las lean o narren a los más pequeños de la casa.

Cada una de las historias incluye al final unas líneas que, con el título “Para pensar y crecer”, inducen a los narradores o a los lectores de mayor edad a analizar su contenido, aplicando lo aprendido a la propia vida o ayudando a que los demás lo hagan.

Muchas de esas historias son relatos tradicionales africanos, leyendas orientales o proverbios, algunos recopilados en sus obras por autores como Anthony de Mello o Jorge Bucay, es decir, puede que nos “suenen” al leerlas.

De todas formas, Álex Rovira y Francesc Miralles añaden siempre detalles originales, así como otros relatos creados por ellos mismos, buscando, como es lógico, motivar, interesar y alcanzar los objetivos propuestos, puesto que se considera la autoestima como la herramienta más importante para circular con cierto éxito por la montaña rusa de la vida.

En esta época en la que las pantallas y demás instrumentos tecnológicos están mermando la capacidad de concentración y reflexión de niños y jóvenes, libros como el que nos ocupa pueden ser eficaces para contrarrestar ese nocivo efecto.

En general, son relatos breves que no lleva mucho tiempo contarlos o leerlos.

Después dependerá de las capacidades del padre o de la madre la posibilidad de que los receptores de las historias descubran aquello que les ayude a crecer como personas, sin ver en ellas consejos, admoniciones o los temidos “sermones” que entran por un oído y salen por el otro.

Así que lo mejor antes de animarse a utilizar el libro y poner en práctica sus enseñanzas, que al final están resumidas en una serie de importantes puntos para que no las perdamos de vista, es buscar tiempo y armarse de paciencia.

¿Quién ha dicho que educar fuese sencillo? Al menos este libro es una buena herramienta para hacerlo.

 

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