CUENTOS RELLENOS

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En el prólogo del libro que hoy traigo a Opticks, una de sus autoras, Asun Balzola, explica las razones que la llevaron a escribirlo: La razón primera fue el placer de idear un libro con una amiga tan versada en gastronomía como es Alicia Ríos. Un libro de cuentos populares, reescritos en versión actual, que hicieran hincapié en la gastronomía de las diversas Comunidades Autónomas y que además llevaran recetas culinarias y muchas ilustraciones. Nos pareció un proyecto precioso, que nos fue entusiasmando más y más.

El libro se titula Cuentos rellenos, lo publica la editorial Gaviota y sus autoras son las ya nombradas Asun Balzola y Alicia Ríos.

Las historias adaptadas por las autoras proceden en su mayoría de la tradición oral que determinadas personas en las distintas autonomías se ocuparon de poner por escrito. Al final del libro se indica la procedencia de las mismas y los nombres de los que las recopilaron.

En general son historias humorísticas con diálogos disparatados,  encuentros y desencuentros, burladores burlados, princesas y príncipes poco “ortodoxos”, encantamientos no siempre positivos, malvados gigantes y brujas y demonios en tropel.

En todas las historia la gastronomía ocupa un lugar predominante. Siempre hay gente hambrienta a la que, por unas y otras razones, se les ofrecen los más apetitosos manjares típicos de cada uno de los lugares en los que se desarrolla el relato.

En Andalucía serán las poleás, en Castilla la Mancha el mazapán, En Cataluña los rovellons, En Extremadura las migas canas, en Galicia el lacón con grelos, en las Islas Canarias las papas arrugadas, en Cantabria los sobaos pasiegos, en Melilla la alcorza de dátiles, en Navarra las truchas del Irati con jamón, en el País Vasco a compota de manzana a la Mari-Castaña etc.

Esto en referencia a las recetas que aparecen al final de cada una de las narraciones, porque en el interior de ellas también se presentan los más variados productos propios de la zona y se describe su preparación.

Así en Castilla León el conde Abel y la princesa Leonor, después de muchas vicisitudes se casan y para celebrar su boda, hacen un roscón de Benavides en la cocina de palacio. Pusieron muchísimos huevos, mucho azúcar, mantequilla y la suficiente harina. Batieron la masa hasta que quedó tan fina como la piel de un recién nacido. La vertieron en un molde en forma de corona y lo metieron en el horno, y cuando se hizo, quedó tan dorado como las trenzas de la princesa.

En teoría, Cuentos rellenos, que se publicó en 1999, tiene el aspecto, por su formato e ilustraciones, de una obra dedicada a los niños. Después de su lectura y teniendo en cuenta lo que es o no es “políticamente correcto” en los tiempos actuales, lo consideraría más bien un libro para adolescentes y personas mayores: juegos de palabras, expresiones con doble sentido, diablos y diablas de todos los tipos y colores puede que no resulten entendibles ni aconsejables en edades tempranas.

A mí, mayor, me ha parecido un libro original, divertido y sorprendente que muestra a la perfección, por su contenido e ilustraciones, el entusiasmo con el que lo escribieron  Asun Balzola y Alicia Ríos.

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