UNA FIESTA DE DISFRACES

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El reconfortante olor a libro que acaba de salir de la imprenta acompaña a un primoroso álbum ilustrado que edita Degomagom con la calidad que acostumbra a hacerlo.

Su título es Una fiesta de disfraces, está escrito por Catalina González Vilar e ilustrado por Paula Alenda.

Catalina González Vilar es una escritora alicantina que estudió Antropología Cultural en la universidad de Barcelona y disfruta inventando cuentos y novelas que estén al alcance de todo el mundo, desde los primeros lectores a los que tenemos ya un amplio camino recorrido.

Por su labor, Catalina González Vilar ha recibido premios tan relevantes como el Villa de Pozuelo de Alarcón de novela Juvenil, el Barco de Vapor o el Internacional Álbum Ilustrado Edelvives. En sus historias priman la fantasía y los valores como sucede en Una fiesta de disfraces.

Paula Alenda también es alicantina. Estudió Historia del Arte en la Complutense de Madrid y se formó como ilustradora en la Escuela de Arte y Diseño de Alicante. Está especializada en Diseño Gráfico, campo en el que desarrolla una destacada labor publicitaria.

Como ilustradora en el ámbito de la literatura infantil, ha publicado en las más importantes editoriales: Anaya, Edelvives, Everest, Tándem o Libre Albedrio; participado en algunos proyectos corales y comisariado e intervenido en la ilustración de diversas exposiciones de literatura infantil.

En cuanto a los aspectos técnicos de su trabajo, que comprobamos en el álbum que nos ocupa, utiliza sobre todo la acuarela. Ella misma explica el porqué: A mí me gusta mucho la manca suelta y jugar con los diferentes efectos del agua. Trabajo de un modo muy libre, muevo agua y pincel  para manchar sin abocetar antes ni dibujar líneas de marca, eso me hace usar mucho papel porque es la forma en la que consigo que la ilustración sea lo más “libre” posible, aparentemente espontánea.

La historia que cuenta Catalina González Vilar e ilustra Paula Alenda en Una fiesta de disfraces gira en torno al festejo que la señora Melitona organiza todos los veranos con la intención de reunir a los habitantes del prado.

Lo bonito es que cada grupo de vecinos: los que habitan en la zarzamora, los que viven en el manzano, los que tienen su casa en las orillas del río e, incluso, los que han elegido como vivienda el pozal abandonado, escogen sus disfraces según el color que predomina en el lugar del que proceden.

Así encontramos la gama de los violetas, los verdes, los amarillos, los azules, los grises, los marrones…, en disfraces de lo más variado y espectacular que pueda imaginarse.

La fiesta es espléndida, se baila, se merienda, se juega, se habla de una y mil cuestiones.

Pero, de repente: ¡Un repentino vendaval recorre el prado de punta a punta! ¿Qué sucederá? ¿Será un fracaso la fiesta de la señora Melitona? Habrá que leer el libro para saberlo.

Así que por todo lo anterior, Una fiesta de disfraces es el perfecto regalo para los más pequeños de la casa que disfrutarán con los alegres dibujos que contiene y con la historia relacionada con ellos. Historia de la que los mayores podremos extraer una provechosa reflexión.

 

Por Mª José Alés

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