CRÓNICA DEL PÁJARO QUE DA CUERDA AL MUNDO

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El escritor japonés Haruki Murakami ha ganado el Premio Princesa de Asturias de las Letras que fue fallado en Oviedo el pasado miércoles, 24 de mayo.

Entre otras razones, el jurado que ha otorgado a Murakami dicho premio destaca la capacidad del escritor para explicar “la soledad, la incertidumbre existencial, la deshumanización en las grandes ciudades, el terrorismo, pero también el cuidado del cuerpo y la propia reflexión sobre el quehacer creativo”.

Soledad, incertidumbre existencial y yo añadiría surrealismo, importancia de lo onírico, búsqueda del “yo”, presencia de la muerte como final que aterroriza o como solución de todos los terrores.

Esto y mucho más lo encontraremos en el libro que hoy traigo a Optiks. Se titula Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, lo edita Tusquets y tiene más de novecientas páginas, lo que permite al lector conocer a fondo el “universo Murakami”.

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo se inicia con la llamada de teléfono de una mujer al Joven Tooru Okada que acaba de dejar un trabajo poco satisfactorio en un bufete de abogados y se dedica a las labores del hogar, mientras encuentra una ocupación nueva. Puede permitírselo porque su mujer, Kumiko, tiene un buen empleo y disponen de fondos suficientes para vivir con la sencillez que acostumbran a hacerlo desde que se casaron hace seis años.

La claridad de exposición de Murakami, la insistencia en los detalles y la aparente facilidad que parece poseer para encontrar las palabras justas al describir personajes y situaciones, provoca que su literatura resulte en muchas ocasiones, esta es una de ellas, adictiva.

Poco a poco el argumento se va complicando. Cambia el escenario y a la tranquilidad, orden y equilibrio que preside el hogar de la pareja, alterado a veces, sin más consecuencias, por el ric-ric de un pájaro cercano que les recuerda el sonido de un mecanismo al darle cuerda, sigue un callejón con ambos extremos obstruidos desde el que se accede a una casa abandonada con un pozo sin agua en el jardín y un pájaro de piedra con las alas desplegadas hacia el cielo.

Tooru Okada se dirige al abandonado jardín a instancias de su esposa que le apremia para que busque al gato que ha desaparecido.

En el regreso y tras no encontrarlo, le llama desde el jardín vecino una enigmática jovencita, May Kasahara, con la que entabla conversación.

La jovencita, en una visita posterior, obsesionado el joven con el gato perdido, la casa abandonada y el pozo, decide llamarle con el nombre del pájaro que él comenta escucha junto con su mujer: pájaro-que-da- cuerda.

No sé cuál es su auténtico nombre. Tampoco sé cómo es. Pero, se llame como se llame, sea como sea, el pájaro-que-da-cuerda viene cada día a la arboleda que hay cerca de casa y le da cuerda a nuestro apacible y pequeño mundo.

May Kasahara es uno de los muchos personajes extraños que irán apareciendo a lo largo de la narración, que se complica aún más cuando Kumiko desaparece y Tooru intenta encontrarla a través de los indicios que algunos de esos personajes le muestran, en un proceso en el que la realidad, lo simbólico y lo onírico se van alternando.

La extensión del libro trae consigo que todos los personajes incorporen al mismo sus propias historia en un ir y venir continuado de adelante atrás y de atrás adelante. Así nos acercamos a la 2ª Guerra Mundial durante la invasión japonesa de China y el enfrentamiento con los soviéticos. Se dan aquí escenas de violencia difícilmente digeribles.

Violencia, sexo, presencia de la muerte real y dialogada, búsqueda de la propia identidad, análisis del “yo” con toques orientales muy marcados (de todos los libros que he leído de Murakami éste es el más “japonés”. Aunque también aparecen cuestiones más occidentalizadas, como la música, la moda o la política en la persona del hermano de Kumiko, Noboru Wataya, un político manipulador y siniestro.

Resulta complicado intentar resumir en pocas líneas un libro de novecientas páginas con la complejidad que encierran las obras de este autor.

Lo que sí puedo decir que se trata de una obra de gran profundidad, repleta de símbolos y expresiones que hacen reflexionar y de historias engarzadas a la perfección en la trama central que nos mostrarán en su grandeza la personalidad y buen hacer del eterno candidato al Nobel y ahora Premio Princesa de Asturias de las Letras.

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