María Rodés

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Oniria nostálgica

Por Marta Amorós

Fotografía. Jordi Musquera

 

Su historia con la música comenzó en un desordenado cuarto, rodeada de discos e inspirada por los sonidos cotidianos que, poco a poco, ha ido introduciendo y adaptando en sus discos. El primero, como Oniric junto a Andy Poole se llamó ‘Sin técnica’ (Cydonia, 2009). Lo que vino después, ‘Una forma de hablar’ (BCore, 2010) y ‘Sueño triangular’ (BCore, 2012), fue toda una reafirmación musical. Sin olvidar su participación junto a Ramón Rodríguez (The New Raemon) y Martí Sales (Els Surfin Sirles) en la pequeña joya que es ‘Convergència i Unió’ (BCore, 2013).

Autora de sus propios temas, María Rodés decide hacer un descanso en su etapa creadora para versionar aquellas canciones que la enamoran. Para ello, da la mano a la nostalgia de la copla y consigue hacerla suya despojándola del efectismo flamenco, acercándola a su mundo onírico y delicado. Toda una experiencia en la que nos sumergimos a través de esta entrevista.

 

Tienes publicados dos discos compuestos e interpretados por ti misma que se pueden englobar dentro de un estilo indie/folk o dreampop. Sin embargo ahora presentas un disco de versiones de copla. ¿Qué ha pasado para que una catalana se decida a cantar copla andaluza?

La historia es un poco larga pero intentaré resumirla: Hace algunos años tenía en mente hacer un disco de versiones de clásicos de películas tipo “Moon River” o “Que será será”. La idea era hacer una especie de tributo nostálgico a las canciones de películas cantadas por mujeres con las que me proyectaba de pequeña. Después de hacer unas  pocas demos me olvidé del proyecto pero unos meses atrás me volvió la idea a la cabeza. Pensé que era más interesante hacerlo con canciones del cine español y así fue como topé con la copla. La primera que escuché fue “Ay pena, penita, pena”. La canción, que conocía de refilón, me enamoró e hice una versión casera. Me encantó la idea de llevar las coplas a mi terreno, despojándolas de su carácter más solemne y afectado y la posibilidad de hacer mías unas letras que no están tan lejos del universo del que nacen las mías (salvando las distancias por supuesto).

 

Otros artistas fuera del mundo de la copla se han acercado a ella fusionándola con diferentes estilos: La Shica con el rap, Concha Buika con el jazz,… incluso Plácido Domingo la acercó a la ópera. ¿Hacia dónde has dirigido tus versiones?

No sabría decirte. Mi intención era llevarlas a mi terreno y tratarlas como canciones propias. He querido conservar la instrumentación folklórica (guitarras españolas, bandurria, alguna castañuela, etc) para que esta conviviera con el tipo de arreglos que suelo hacer en mis discos (sintetizadores, eléctricas, muchas capas de coros, etc). Una de las premisas era prescindir bastante de efectos digitales, buscando una sonoridad principalmente orgánica.

 

Al escuchar el disco se aprecia en tu interpretación que has profundizado en las letras de las canciones, pero sobretodo en su sonoridad, añadiendo multitud de arreglos. ¿Qué te ha resultado más difícil a la hora de adaptar estas canciones?

Lo que me ha resultado más difícil es navegar entre estas dos sonoridades de las que te hablaba. Querer que sonara a mí pero sin prescindir del origen folklórico de las canciones. A nivel de interpretación de las letras, he tratado de no exagerarlas demasiado. Mi idea era buscar la expresividad a través de la sutileza ya que las letras en sí mismas ya cargan de un fuerte peso dramático.

 

La copla es un género prolífico y ha tenido que ser difícil elegir los temas que versionar ¿Cuál ha sido el proceso?

Escuché montones de coplas y poco a poco fui seleccionando las que se adaptaban mejor a mí a nivel de letra y melodía. También traté de escoger canciones que no se parecieran demasiado entre sí. Entre el repertorio, además de coplas,  hay también dos cuplés (“Agua que no has de beber” y “Flor del Mal”) y una ranchera ( “Que nadie sepa mi sufrir”).  Los cuplés son previos a la copla y las rancheras, en mi opinión, son primas hermanas.

 

Has colaborado con diferentes artistas a lo largo de tu carrera (Ramón Rodríguez, Refree, Coque Malla…) y si no me equivoco, Albert Plà te acompaña en una canción de este último disco. ¿Qué es lo que más te gusta de colaborar con otros músicos? ¿Con quién te gustaría compartir ideas o escenario?

Colaborando con otros músicos es como he crecido como músico. De la misma forma, creo que este experimento con la copla me ayudará a ser mejor autora.  Me encantaría colaborar (aunque veo complicado que suceda) con Caetano Veloso y Devendra Banhart. También me gustaría mucho seguir colaborando con Albert Pla.

 

Además de componer e interpretar canciones, también has escrito un texto para el libro ‘Memorias Sónicas. Historias en siete pulgadas.’ (Contra, 2013, edición e ilustración, The New Raemon) ¿Cómo fue la experiencia? ¿Tienes otros proyectos en marcha, relacionados o no con la música?

Fue muy divertido. Ramón me propuso hablar de un disco que me sirviera de excusa para contar alguna anécdota de mi vida y elegí hacerlo a través del “Spice” de las Spice Girls. Me encantó hacer memoria y recordar las épocas de patio de colegio bailando el “Wannabe” con las amigas…

Ahora mismo tengo dos proyectos pero ambos son musicales. Uno es un disco que quiero dedicar a un tío bisabuelo mío llamado Lluís Rodés. Fue un importante astrónomo y jesuita al que nunca conocí. Hace un par de veranos participé en una residencia artística en la que recibí formación de astronomía a cambio de ofrecer un concierto en el Observatorio de Castelltallat  y así fue como se me ocurrió la idea de homenajear a este pariente mío desconocido. El disco será una interpretación instrumental de algunas de sus publicaciones a base de sintetizadores, guitarras eléctricas y voz. El otro proyecto es acabar mi siguiente disco como autora que espero poder sacar este año.

 

Por último ¿Vas a girar con este disco? ¿Lo podremos disfrutar en directo y de qué manera?

Sí, en el próximo concierto, el próximo 14 de marzo en el Palau de la Música, combinaré canciones antiguas con algunas de las coplas del disco acompañada de cinco grandes músicos.  Al final tanto las coplas como mis canciones beben de sentimientos comunes. Se podría decir que el concierto será como una especie de homenaje a la pena como fuente de inspiración que vincula mi propia música con la copla andaluza y tantos otros géneros populares.

¡Muchas gracias por tus respuestas!

 

Publicación : 24 de febrero de 2014

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