ANTONIO MACHADO

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El viernes, 22 de febrero, se cumplieron ochenta años desde la muerte en Colliure (Francia) del poeta nacido en Sevilla Antonio Machado.
Son muchos los poemas de Antonio Machado que aprendí de memoria y que he ido haciendo míos a lo largo de una vida en la que la poesía siempre estuvo presente. Así que no quiero que termine este mes sin manifestarle en Opticks, mediante la reproducción de algunos de ellos, toda mi admiración y cariño al hombre bueno y al poeta.
Adscrito en los primeros tiempos al Modernismo, bajo la influencia de Rubén Darío, Francisco Villaespesa o Juan Ramón Jiménez, el primer libro que publica Antonio Machado es Soledades (1899-1907).
Era una tarde de un jardín umbrío,
donde blancas palomas arrullaban
un sueño inerte, en el ramaje frío.
Las fuentes melancólicas cantaban.
Sin embargo, aunque los poemas contenidos en Soledades recogen, como observamos en el anterior fragmento, características del Modernismo, también se puede apreciar en muchos de ellos el dolorido sentir propio de la Generación del 98, que encontraremos posteriormente en Campos de Castilla (1907-1917), y las certeras reflexiones en pocas pinceladas, extraídas algunas de la sabiduría popular, que aparecen en Nuevas canciones (1917-1930).
¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.
Todo necio
confunde valor y precio.
Entre las cualidades a destacar en la poesía de Antonio Machado está su cercanía. Cualquier persona puede hacer suyos con facilidad los sentimientos que expresa el poeta.
Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón
.……………………………………….
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿A dónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-La tarde cayendo está-
Campos de Castilla, fue el libro que completó cuando ya había conocido a Leonor, la jovencita que sería su esposa y su gran amor, que le animó a escribir y que murió antes de verlo publicado. Se inicia con la maravilla deRetrato:
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Hay muchos poemas dedicados a la esposa muerta:
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
………………………………………………………………………….
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
A Soria:
Es la tierra de Soria árida y fría.
Por las colinas y las sierras calvas,
verdes pradillos, cerros cenicientos,
la primavera pasa
dejando entre las hierbas olorosas
sus diminutas margaritas blancas.
A Andalucía desde Úbeda, con la nostalgia de Castilla.
En estos campos de la tierra mía,
y extranjero en los campos de mi tierra
-yo tuve patria donde corre el Duero
por entre grises peñas,
y fantasmas de viejos encinares,
allá en Castilla, mística y guerrera,
Castilla la gentil, humilde y brava,
Castilla del desdén y de la fuerza-,
en estos campos de mi Andalucía,
¡oh tierra en que nací! cantar quisiera.
…………………………………………………………………….
Tiene Cazorla nieve,
y Mágina, tormenta,
su montera, Aznaitín. Hacia granada,
montes con sol, montes de sol y piedra.
A España siempre:
Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,
la malherida España, de carnaval vestida
nos la pusieron pobre y escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios,
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

 

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