“El 7 de marzo de 1687, un grupo de judíos conversos mallorquines, temiendo ser detenidos por la Inquisición, decidieron embarcarse rumbo a tierras de libertad. El mal tiempo frustró su huída, fueron apresados y, finalmente, treinta y siete de ellos condenados a la hoguera en cuatro Autos de Fe, en la primavera de 1961”.
De estos hechos reales que tuvieron lugar cuando en España reinaba Carlos II y había sido regente su madre, Mariana de Austria (ambos aparecen en el relato), se vale Carme Riera para escribir El último azul, una extraordinaria novela, Premio Nacional de Literatura en 1995, en la que, alternando la realidad con la ficción, nos traslada a la Mallorca del siglo XVII y describe de forma magistral cómo se desarrollaba la vida de los judíos conversos en el barrio en el que se ubicaban; pero también la de los eclesiásticos e inquisidores y la de la nobleza, que se servía de los judíos más importantes para sus tratos comerciales.
Los personajes están perfectamente caracterizados por sus palabras, obras y hasta fisonomía; lo que lleva al lector a confraternizar con las víctimas, algo del todo lógico, y a rechazar a los que las marginan y persiguen.
El libro, dividido en tres partes, se inicia con una narración repleta de erotismo propia de Las mil y una noches que, una vez analizado el contenido de la obra, recuerda el pasaje bíblico de Esther. La protagonista de esta narración, personaje ficticio presente en varias páginas, suaviza de alguna manera la dureza de lo relatado.
Para hacer más directas las razones con las que los distintos personajes explican sus ideas y modos de actuar, la autora utiliza la primera persona y la letra cursiva. En el resto de la novela el narrador es omnisciente y la cursiva desaparece.
En la primera parte, junto a los personajes ficticios, encontramos dos reales: el llamado “malsín” (delator), judío converso de profesión orfebre y el jesuita con el que se confiesa. El orfebre aspira a que le encarguen una custodia que le haga pasar a la posteridad; y el jesuita intenta sonsacarle información para conseguir pruebas con las que acusar al resto de los conversos. Las pruebas conseguidas se las pasará al Inquisidor de Mallorca, también personaje real
En esta primera parte se prepara el viaje rumbo a tierras de libertad de los criptojudíos mallorquines, a los que ya se había despojado de casi todas sus posesiones e impuesto normas de vestimenta y comportamiento. Ahora, el jefe espiritual de la comunidad “chueta” de Mallorca apodado Rabí, que conoce las intenciones del delator, teme que no soporten nuevas penalidades y organiza la huida hacia “el último azul”.
La segunda parte relata la llegada de los conversos al puerto, en el que serán recogidos por un barco fletado desde Livorno con ese fin; el temporal que impide el embarque, el regreso de los fugitivos a sus viviendas, el apresamiento de muchos de ellos, las escenas en el burdel en las que tendrá un papel destacado la encargada y el inicio de los interrogatorios.
La tercera parte se centra sobre todo en los métodos que utilizaba a Inquisición para que los condenados adjurasen de sus creencias.
Todo lo anterior es sólo un resumen del contenido de una obra extraordinariamente bien escrita, Carme Riera es Catedrática de Literatura Española y miembro de la Real Academia, que se adentra en un periodo histórico caracterizado por el fanatismo y la intolerancia, explicando de forma detallada, lo que implica haber realizado previamente una exhaustiva documentación, las características de la sociedad mallorquina y española en general de aquel infausto tiempo.